7.11.10

De trialeras con los "nabos"




Las salidas que hacen afición son aquellas en las que pasan cosas, ya sean sanas o menos sanas, que provoquen la sorpresa o la risa de los demás. Es así, por suerte o por desgracia.

Aquellas salidas en las que Goyo hace "la catorce-quince" y se desvía por otro recorrido a las primeras de cambio, argumentando que "para bajar andando detrás de vosotros, no bajo".

Aquellas en las que los temerosos dromedarios sonrientes siguen a la persona equivocada y luego, para darle emoción a su descafeinada tarde narran increibles aventuras en las que "Goyo se pasaba todas las planchas". Aquello más bien parecía la plancha del Manolo, venga a hacer gambas y lomo adobao.

Aquellas salidas en las que Kajuna cree cruzarse con avutardas machihembradas bajando la del Pere, y es consciente por primera vez de que la horquilla tiene la función de amortiguar cuando hay baches y no sólo la de sujetar la rueda para no tener que ir haciendo el caballito.

Aquellas tardes en las que Abraham (Lincoln, por el flequillo), afirma haber "ido bastante fino hoy, casi perfecto", y sale en todas las fotos utilizando la bici como bastón para no caerse mientras baja andando con más miedo que vergüenza hasta los bordillos del paseo.

Aquellas tardes en las que el temido guepardo confunde las piedras con gacelas y se lanza varias veces consecutivas sobre ellas sin tener más éxito en su caza que algún que otro golpe en delicadas zonas de su anatomía.

Aquellas rutas en las que los más atrevidos atuendos ciclistas hacen que nos sorprendamos por la diversidad de las tendencias de la moda actual. Desde el amarillo "Piolín" de Espartacus hasta el conjunto Halloween de Fernando, todas las opciones intermedias serán menos ridículas y por ello menos apropiadas para "hacer el cabra" por las piedras. Enhorabuena a estos dos diseñadores; todos los demás somos unos vulgares sin personalidad textil, que no deberíamos pasar del carril bici.

Aquellas rutas en las que la "cervecita" se alarga tanto que da hasta para una rotura de taburete y una "casi rotura" de cráneo de Paco mientras, al teléfono, gestiona un seguro o justifica su tardanza ante su señora, quién sabe.

En fin, aquellas tardes que deben repetirse lo más a menudo posible.

Más fotos en Nabo Team.

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